miércoles, 12 de mayo de 2010

¿SE PREOCUPA DIOS REALMENTE DEL MUNDO?



Dios es todopoderoso. ¡Por eso es Dios! El mundo tiene muchos problemas, preocupaciones, penas y tragedias. ¿Por qué no hace Dios algo al respecto?
Por ejemplo, se dice de Cristo que es el gran Médico. ¿Por qué permite que tantas personas sufran y mueran de cáncer? Se lo llama también el “Príncipe de paz”. ¿Por qué permite que miles de inocentes, incluso niñitos, sufran las torturas y los horrores de la guerra? Cristo dice también: “He venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia” (Juan 10:10). ¿Por qué permite que millones de personas sufran de hambre y pobreza? Quizá no sean preguntas agradables, pero requieren una respuesta. La mayoría de las personas necesita una respuesta, y una respuesta que no se demore. La Biblia no evade esas cuestiones. ¡Veámoslo! Dios hizo al hombre perfectamente santo y feliz. Es la transgresión de la ley de Dios –la ley de amor– lo que ha traído la desgracia y la muerte. No obstante, aún en medio del sufrimiento que resulta del pecado, se revela el amor de Dios.
¿Cuál es el problema?
1. ¿Afirma Dios de hecho tener la solución? Génesis 18:14; Jeremías 32:17
RESPUESTA: “¿Acaso hay ALGUNA COSA DIFICIL para Dios?”; “Nada hay que SEA DIFICIL para ti.”

2. Siendo así, ¿cuál es la natural pregunta que nos hacemos al contemplar la injusticia, crueldad y sufrimiento por doquier? Salmo 10:1
RESPUESTA: “¿Por qué ESTAS LEJOS, Jehová, y TE ESCONDES  en el tiempo DE LA TRIBULACIÓN

3. ¿Podemos estar seguros de que Dios cuida realmente de cada persona? 1 Timoteo 2:3, 4 y 6; Juan 3:16
RESPUESTA: “Dios nuestro Salvador, el cual QUIERE que todos los hombres SEAN SALVOS  y... se dio a sí mismo en RESCATE POR TODOS”

4. ¿Dónde podemos ver un ejemplo de cómo Dios vela por toda su creación? Mateo 6:26 (lee también Mateo 10:29-31).
RESPUESTA: “Mirad LAS AVES DEL CIELO, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y, sin embargo, vuestro Padre celestial LAS ALIMENTA”.
Nota: “Jesús dirigió la atención de sus oyentes a las aves que modulaban sus alegres cantos, libres de congojas, porque, si bien ‘no siembran, ni siegan’, el gran Padre las provee de todo lo necesario. Luego preguntó: ¿No valéis vosotros mucho más que ellas? (El discurso maestro de Jesucristo, p. 81).

¿Cuál es la causa real de los problemas del mundo?
5. ¿Cuál dice Jesús que es la causa de todos nuestros problemas? Mateo 13:24-28
RESPUESTA: “...Él les dijo: ‘Un enemigo ha hecho esto’.”

6. ¿Quién es ese “enemigo”? Mateo 13:38 y 39
RESPUESTA: “El enemigo que la sembró es EL DIABLO ...”
7. ¿Cuál es la procedencia del diablo? Apocalipsis 12:7-9; Lucas 10:18
RESPUESTA: DEL CIELO

8. ¿Qué tipo de ser fue en su origen? Ezequiel 28:14 y 15
RESPUESTA: “... PERFECTO eras en todos tus caminos desde el día en que fuiste creado hasta que se halló en ti MALDAD .”
Nota: “El pecado se originó en el cielo en la mente de Lucifer. La Biblia no explica cómo es que el pecado pudo originarse en un ser perfecto, porque es inexplicable. Por lo tanto, se lo presenta como el ‘misterio de iniquidad’” (Fundamentals of the Everlasting Gospel, p. 2).

9. ¿Qué condujo al pecado y rebelión de Lucifer? Ezequiel 28:16 y 17
RESPUESTA: “...Se enalteció tu corazón a causa de tu HERMOSURA...”

10. ¿Qué fue lo que codició Lucifer para sí mismo? Isaías 14:12-14. Observa el egoísmo en su razonamiento.
RESPUESTA: “seré SEMEJANTE AL ALTÍSIMO.”
Nota: La esencia del pecado de Lucifer fue la exaltación de sí mismo. Por consiguiente, el “yo” es el principio subyacente en el pecado. Está en completa oposición con el principio del gobierno de Dios, que se funda en el amor (lee 1 Juan 4:7 y 8). El pecado, por lo tanto, consiste en la rebelión contra Dios. Según 1 Corintios 13:5, el “yo” está ausente en el verdadero amor (“ágape” en griego). En el corazón de todo pecado está la codicia (Romanos 7:7).
En el cielo, Lucifer (quien se convirtió en Satanás) codició la posición de Cristo, lo que lo condujo al deseo de asesinarlo con el objeto  de deshacerse de él (Juan 8:44).

11. Cuando la rebelión de Satanás desembocó en una crisis, ¿qué sucedió? Apocalipsis 12:7-9
RESPUESTA: “Fue LANZADO FUERA el gran dragón... Satanás, el cual engaña al mundo entero. Fue arrojado A LA TIERRA  y sus ANGELES  fueron ARROJADOS con él.”

12. ¿Cuál es nuestra defensa contra el poder engañador de Satanás? Juan 8:32, 36
RESPUESTA: “Conoceréis la VERDAD y la VERDAD os hará LIBRES.”
Nota: El conocimiento de las Escrituras desvela ante nosotros la obra de Satanás, oculta para la mayor parte de las personas. Revela asimismo el amor de Dios, puesto a la obra de lograr el triunfo final. No hubo otra manera mejor de poner fin a la rebelión de Satanás, que exponer plenamente su odioso carácter. Sólo así podía Dios ganar la lealtad sincera del universo entero. Dios ganará la guerra, pero lo hará por el amor y no por la fuerza.

¿Qué está haciendo ahora Dios para auxiliar al ser humano?
13. Sabemos que la maldad ha alcanzado a “todos los hombres”. ¿Cómo está Dios constantemente procurando revertir el mal efectuado por Satanás? Romanos 5:20, 21, 18
RESPUESTA: “Cuando el pecado abundó, SOBREABUNDÓ LA GRACIA, porque así como el pecado REINO PARA MUERTE...” “por la justicia de uno vino a todos los hombres LA JUSTIFICACIÓN que produce VIDA.”

14. ¿Está Dios en la actualidad ocupado en hacer llegar las buenas nuevas del evangelio a todos, sin excepción? Romanos 10:12, 13, 17, 18
RESPUESTA: El Señor “es RICO para con todos los que le invocan” “POR TODA LA TIERRA ha salido la voz de ellos y hasta los fines de la tierra SUS PALABRAS.”
Nota: “El Padre nos ama, no por causa del gran sacrificio, sino que él proveyó el gran sacrificio porque nos ama. Cristo fue el medio por el cual el Padre pudo derramar su amor infinito sobre un mundo caído. ‘Dios estaba en Cristo, reconciliando consigo mismo al mundo’ (2 Cor. 5:19). Dios sufrió con su Hijo. En la agonía del Getsemaní, en la muerte del Calvario, el corazón del amor infinito pagó el precio de nuestra redención” (Happiness digest, p. 13 y 14).
Allí donde Satanás esté a la obra de sembrar mala simiente, allí está Cristo mediante su Espíritu Santo, para contrarrestar el poder de Satanás. No habíamos reparado en el hecho, pero la verdad es que todos, bondadosos e impíos por igual, lo deben todo a Cristo. Uno puede odiar al Señor y estar dispuesto a crucificarlo de nuevo, pero aún así, debe su vida, con todo lo que es y tiene, a lo que Cristo hizo por él en su eterno sacrificio demostrado en el Calvario.

15. De igual forma en que la sal debe impregnar aquello que se espera que preserve, ¿qué debemos ser para el mundo? Mateo 5:13, 16
RESPUESTA (en tu opinión): LA SAL DE LA TIERRA LA LUZ DEL MUNDO
Nota: “El sabor de la sal representa la fuerza vital del cristiano, el amor de Jesús en el corazón, la justicia de Cristo que compenetra la vida. El amor de Cristo es difusivo y agresivo. Si está en nosotros, se extenderá a los demás” (El discurso maestro de Jesucristo, p. 34).
“El amor al Señor Jesús se manifestará por el deseo de trabajar como él trabajó, para beneficiar y elevar la humanidad. Nos inspirará amor, ternura y simpatía por todas las criaturas que gozan del cuidado de nuestro Padre celestial” (El camino a Cristo, p. 78).

Haremos como Jesús habría hecho, si estuviera ahora aquí. Somos su cuerpo. Nosotros somos sus manos.

LEJOS DE TI

Solía coquetear con el pecado. Y aún más que coquetear, solía abrazarlo y porque no decirlo, también disfrutarlo. Era lo normal, lo cotidiano, lo único que había, lo que la mayoría hacían, en mayor o menor medida. Así mi vida discurría entre la obligación y el deber propios de un ciudadano de bien, y entre la licencia y la pasión de un joven de bien. Bien desde una perspectiva o desde la otra, el pecado impregnaba mi mente, mis motivaciones y mis acciones.

En esta sociedad pos-moderna, ecléctica y secular la palabra “pecado” ha llegado a trivializarse de tal modo que su significado se pierde en la inmensidad de la irresponsabilidad y negligencia humana respecto a las cosas de arriba (¿me equivoco?). Así pecado es nada o lo que tu quieras que sea (¿me equivoco?). Pecado, como mucho y despojándolo del contexto religioso, podría ser, quizás, no respetar las leyes civiles que imperan en cualquier país. Aunque, bien pensado, a eso no se lo denomina pecado, sino infringir la ley del estado (no, no me equivoco).

¿Por qué aludía a la negligencia e irresponsabilidad humana? Pues por la sencilla razón de que el hombre posmoderno y secular, aunque mora bajo los cielos, parece vivir por encima de los principios bíblicos. Es cierto que la Biblia, la palabra que viene de arriba, es utilizada en contextos políticos (la sabiduría de Salomón), artísticos (el baile de Salomé), deportivos (David vence a Goliat)… pero rara vez es aplicada en el propio contexto personal, en el sentido de vivir “de toda palabra que sale de la boca de Dios” (Mateo 4:4). Eso es una experiencia demasiado mística, rara, incluso loca, por no decir estúpida, dirán algunos. Y esto es una verdadera pena porque es precisamente en las Escrituras donde encontramos la definición fidedigna del término pecado. Sin entrar en profundas explicaciones teológicas, el pecado es definido en los siguientes términos:

1. Errar el blanco como cuando alguien no da en la diana, teniendo en cuenta que podría haberlo hecho. Es precisamente de eso de lo que Cristo nos salva, de nuestra mala puntería y de nuestra poca motivación para dar en la diana (ver Mateo 1:21).

2. “Todo lo que no proviene de fe, es pecado” (Romanos 14:23). Nuestras mejores acciones, sin Cristo, están bañadas por el egoísmo y/o por las ganas de protagonismo (ver Isaías 64:6; Jeremías 2:22; 13:23).

3. “El que sabe hacer lo bueno y no lo hace, comete pecado” (Santiago 4:17). Lo bueno es dar en el blanco, permitiendo que Cristo tense mi arco o sostenga mi pulso para que el disparo impacte en el centro de la diana.

4. “Todo aquel que comete pecado, infringe también la ley [de Dios], pues el pecado es infracción de la ley [de Dios]” (1ª Juan 3:4).

Creo que la última definición engloba a todas las demás, y pruebo que la definición que aparece en la primera carta de Juan es la prueba suprema para saber que estás en el lado correcto. Jesús vivió la ley en su vida (ver Salmo 40:8), y jamás pecó, es decir, jamás transgredió la ley (ver 1ª Pedro 2:22). Respecto a los primeros cuatro mandamientos de la Ley de Dios (ver Éxodo 20:2-11), decir que él jamás tuvo dioses ajenos delante del Padre (ver Mateo 4:10), y nunca adoró a ninguna imagen, sino que promovió la adoración en espíritu y en verdad (Juan 4:23, 24), como tampoco no tomó el nombre de Dios en vano (Mateo 6:9-13), y siempre guardó y santificó el sábado (Lucas 4:16). Respecto a los restantes seis mandamientos que tienen que ver con el amor al prójimo, Jesús nunca mató ni por palabra ni por hecho a nadie (Mateo 5: 21, 22), ni robó (Mateo 22:21), ni fornicó (Mateo 5:27, 28), ni mintió (Juan 17:17), ni codició nada de nadie, ni bienes materiales, ni posiciones sociales o cargos (Juan 13:1-17).

Cuando Cristo me encontró y yo me dejé encontrar, el pecado perdió todo su atractivo y poder en mi vida (ver Efesios 2:1-5). Como dice la canción y haciendo un símil de su letra, el pecado llegó a ser esa peligrosa “baby”, la femme fatale de la que estuviste prendado. Fue Cristo quien me hizo ver la realidad de tan nefasta relación, dándome la oportunidad de realizar la más importante y trascendente elección: creer en él (ver Romanos 6:23). Cristo me hizo ver que el amor al pecado es ciego, y me ayudó a dar en el blanco de su perfecta justicia. Y desde ese entonces, el pecado y yo, con Cristo, somos como el aceite y el agua, del todo irreconciliables.
TOMADO DE CUENTAATRAS.BLOGSPOT.COM